sábado, 25 de julio de 2015

Titiriteros en Vargas buscan impulsar Movimiento Lambe-Lambe en Venezuela

 

Maiquetía, 18 Jul. AVN.- Los curiosos se arremolinaron en uno de los pasillos del Complejo Cultural Cruz Felipe Iriarte, en Maiquetía, donde se llevó a cabo la XI Feria del Libro de Venezuela (Filven), capítulo Vargas. No dejaban ver a los demás, lo que llamaba la atención de más curiosos. En el centro, tres cajas de madera soportadas individualmente por parales metálicos. Cada una tenía un orificio en el centro de uno de sus extremos. La gente competía por sentarse, ponerse los audífonos y asomar el ojo. Al cabo de pocos minutos, se paraban en silencio, y con gesto risueño iban directamente a la siguiente caja.
Se trata del Grupo Telba Carantoña Teatro, cuyos integrantes están empeñados en crear en el país una nueva corriente cultural sobre la base de la técnica titiritera Lambe-lambe, que se remonta a la Europa medieval y fue retomada en 1989 por los titiriteros brasileros Denise Santos e Ismine Lima, en la provincia de Bahía.
“Hace año y medio, en un viaje que hicimos a Argentina descubrimos esta técnica de mano de la titiritera mendocina, Gabriela Céspedes,  quien la descubrió de un chileno, quien a su vez hizo de estos titiriteros brasileros. Esta técnica se llama Lambe-Lambe, o teatro en miniatura, o cajita mágica, o como nosotros le decimos, teatro del instante”, explicó José Quevedo, varguense oriundo de Montesano, parroquia Carlos Soublette, y director de la agrupación.
Dentro de cada caja, el titiritero compone un escenario. Cada una es una historia no mayor de tres minutos; cuenta con efectos sonoros y luz. No necesita más energía que las de unas baterías, lo que hace del Lambe-Lambe una experiencia itinerante, íntima, muy personal, entre el artista y el espectador quien logra trasladarse a un ambiente y recibir un mensaje.
Según cuenta, Lambe-lambe era el nombre que coloquialmente se le daba al fotógrafo en Brasil. La técnica de títeres evoca a los primeros fotógrafos de principios del siglo XX, con el uso del trípode y la tela negra para cubrirse de la luz solar.
“Por eso le dieron el nombre de Lambe-lambe, y los titiriteros que utilizamos la técnica somos lambe-lamberos o fotógrafos”, explicó Quevedo.
Tres cajas, tres mundos
En la Filven Vargas se expusieron tres historias. La primera es Edmundo, creada por Quevedo, que cuenta la vida de un hombre en situación de calle que halla riqueza en los pequeños detalles de la vida.
La Rebelión, de Francisco Torres, es la segunda obra inspirada en la novela 1984de George Orwell. Su personaje se rebela contra un régimen tirano. Ambas historias mezclan las técnicas del Lambe-lambe y de títeres de mesa o bonraku, es decir aquella con minupación manual.
La tercera obra Corazón de cartón, de Emmanuel Gunezler, presenta una historia citadina de amor, en la que se mezcla el Lambe-lambe con técnica japonesa kamishibai o teatro de papel, que usa figuras planas, dibujadas con trazos gruesos y sencillos, manejadas por palancas desde la parte superior de la caja.
“Estamos dados a hacer experimentación con todas las técnicas del teatro de títeres. Yo estoy loco por los japoneses, por sus técnicas de teatro, títeres y su literatura. Un día me dije: ¿por qué no experimentar? Y fue cuando hice mi caja y veo que a la gente le gusta”, dijo Gunezler.
“Un día José me invitó: ‘Vente, vamos a hacer títeres, te va a gustar’. Y pensé: ‘Ay, esa cosa tan rara’, pero me quedé enganchado porque tiene una magia única, es maravilloso”, contó este chico de Los Teques, estado Miranda, quien asegura que “el Lambe-lambe es de nosotros. Está adaptado a nuestra realidad, nuestro humor. Es muy importante que se conozca, que lo vean y que siga habiendo Lambe-lambe para rato”.
Torres, por su parte, ingresó al Telba Carantoña hace cinco años, sin embargo hizo su primera caja hace año y medio luego de un taller dictado por Quevedo a Títeres Cantalicio de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
“Estoy comprometido en expandir este arte porque es una técnica que ayuda al desarrollo de la imaginación del espectador y lo invita a leer las obras sobre las que basamos nuestras historias”, afirmó este bachiller en artes, oriundo de la parroquia Caricuao, Caracas.
En la Filven, Christopher Luque, de seis años, se paseó por las cajas. “La caja negra fue el teatro más gracioso porque tenía dos canciones y el títere se movía solo. Me gustó más esa; la otra fue de amor y los muñecos se besaron”, sonrió con infantil picardía.
Referencia nacional
Telba Carantoña es una agrupación pionera que ha dado pasos importantes en el mundo titiritero venezolano.
“Hablar de Telba Carantoña, la agrupación del estado Vargas, es hablar sobre el futuro del movimiento titiritero a nivel nacional. Para mí es una de las agrupaciones que está haciendo un trabajo de investigación y experimentación  más grande en Venezuela”, destacó el director del Gabinete Ministerial de Cultura del estado Vargas, Ricardo Pérez.
La autoridad aseguró que a pesar de que sus integrantes son muchachos jóvenes, han demostrado interés por estudiar las nuevas relaciones entre los títeres y su público.
“Maestros como Carlos Tovar, de Títeres Kinimarí del estado Táchira, reconocido titiritero del país, ha manifestado que ésta es una de las agrupaciones que está haciendo cosas para expresar y desarrollar nuestro imaginario, no sólo de niños sino también de adultos”, alegó.
Denys Silva AVN 18/07/2015 14:40

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