Hace veintitrés años, más o menos por esta época, recuerdo vagamente
haber entrado en lo que era el Complejo Cultural José María Vargas, recuerdo
haber acompañado a mi mamá a inscribir a mi hermana en danzas, y que me
llevaran a la oficina donde comenzaría a hacer títeres, luego de eso no recuerdo
mucho en concreto, pero mi mama me contó y luego me lo corroboraron, que no me
querían inscribir en ese taller, era muy pequeño, de tamaño y edad, y no podía;
salí llorando de la oficina, mi mamá me dijo que me inscribiría en la orquesta
y yo le dije que no (veintitrés años después, no me arrepiento de ese NO), y
bajamos las escaleras que nos llevarían al lobby y de allí a la casa sin taller
para mi, al pie de las escaleras estaba ella, le pregunto a mi mamá qué me
pasaba. Por qué ese niño llora? Y mi mamá le dijo que no me habían dejado inscribirme
en el taller de títeres, ella dijo: cómo que no? Y me tomó de una mano y
subimos, yo recuerdo ese toque, ese impulso, pero no más, según el cuento ella misma
me inscribió y una semana después inicié mi primer taller de títeres.
Ella siempre vigilaba, bajaba frecuentemente y veía los
títeres que íbamos formando, les hacía cumplidos y recuerdo, que una vez dijo
que el Genio (mi primer títere) era hermoso.
Ella junto a Levy Rossel me dieron mi primer diploma, ella,
siempre estuvo, desde ese primer día junto a mí, siempre sin importar nada, con
ella aprendí dirección, sin que ella me
enseñara, aprendí viéndola, de
ella aprendí disciplina, y no dejarme derrotar por las adversidades, de ella
aprendí que sea rojo, verde, blanco o purpura el partido de turno hay que trabajar
por y para los niños que no tienen partido político, de ella aprendí que los
golpes pueden ser fuertes, pero más fuertes deben ser nuestras piernas para
levantarnos y continuar caminando. Con ella aprendí a cocinar, a servir una
mesa, a que el pan no debe comeré directo sino cortarlo en pedazos, aunque ella
no podía cortarlo, de ella aprendí que el titiritero debe ser un artista
integral.
Armando, Zayulit, Telba, José y Emmanuel en los valles del Tuy |
La última vez que nos vimos fue en Argentina, compartimos
varios días, tomamos vino, hablamos de los proyectos, de mi vida, de a dónde
quería llegar, de los títeres y los titiriteros. Fue la última vez que nos vimos
en persona, que nos abrazamos, que nos dimos un beso, pero no perdimos el
contacto, siempre estuvo allí, a lo lejos, pendiente, aconsejando, y nunca
regañando, siempre con un consejo, una palabra de aliento, de continuar, de no
quedarnos estancados. Siempre quise darle motivos de orgullo, no sé si lo logré
pero sé que su cariño para con nosotros
era y es inmenso, desde noviembre pasado me alentaba a conocer algunos
titiriteros y trabajos que le parecían interesantes, para mí nunca descansaba,
su partida es un golpe fuerte. Pero
patio al alba, así para confundirse con la luz del sol, esa luz que ella
siempre irradiaba.
Telba, con emmanuel y José en la inaguración de la exposición en homenaje a Armando, en Margarita |
Telba, sin duda eres una de las mujeres más importantes de mi
vida, me enseñaste el camino de los títeres, fuiste mi manipuladora en muchos
momentos (como le decía Freddy Reina: Telba no manipula títeres, pero manipula
titiriteros). Doy gracias a dios, porque me encontraras al pie de esa escalera,
que no me hayas dejado salir de allí
sin darme este oficio que tanto amo, respeto y defiendo. Doy gracias porque te
convertiste en una segunda madre, porque siempre tenías palabras de aliento y
por tu sonrisa. “Carmencita y las flores” fue la última obra que te pudimos
mostrar, pero de las siguientes todo lo sabías, yo te contaba como iban a ser
los títeres, los colores que usaríamos y demás, el último proyecto sé que te
gustó, porque lo veías arriesgado y un lujo de riesgo me dijiste.
Telba, maese Pedro y José |
Celebro tu vida Telba, tus logros, no te despido, pues
despedirme de ti, sería olvidarte, y no puedo hacerlo, no quiero y no me
permitiré hacerlo, el grupo que dirijo lleva tu nombre gracias a Armando y a ti
misma. Te amo y sé que Armando te estará abrazando ahora y estarás con Javier,
hablando y tomando vino, con Eduardo y tantos otros que seguramente te recibieron
con aplausos y una fiesta.
TE AMO TELBA
TE AMO TELBA
¡Hermoso, José! Ella estaba muy orgullosa de tí
ResponderEliminarMuy bello hermano. Adelante.
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